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salto uruguay casi la capital de las americas del nazismo

 

Plan de invasión nazi al Uruguay

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 El plan de invasión nazi al Uruguay, como su nombre lo indica, fue un plan para invadir Uruguay. y desde ayi invadir el resto del continente americano.Fue ideado por inmigrantes alemanes partidarios del nazismo, apoyados por el gobierno alemán y la embajada alemana en Montevideo, desarrollada durante fines de la década de 1930 y principios de la de 1940, en las ciudades de Salto que seria la sede central la capital de las americas y Concordia (en Argentina). El plan de invasión nazi al Uruguay, formó parte de un plan mayor de penetración o infiltración nazi hacia el exterior de Alemania. Una invasión lenta, copando los puestos claves del Estado a ser conquistado, como ocurrió con Austria, donde la Quinta Columna desde 1933 hasta la invasión fue tomando los puestos de mando del país. La toma de Uruguay y luego de América del Sur,y el resto del continente se sustentaría en el elevado número de inmigrantes alemanes afiliados al NSDAP en la región. Según Fuhrmann, quien elaboró un borrador de plan para la toma del Uruguay, la estadística de hombres alemanes residentes era: Argentina 80.000; Uruguay 8.000; Paraguay 15.000; Bolivia 12.000; Chile 20.000; Brasil 100.000.

Los “Stutzpunkt”

La quinta columna nazi en el Uruguay, se estableció en “Stutzpunkt” o Puntos de Apoyo, todos organizados de forma similar: un Jefe Local del Stutzpunkt; un Jefe de Propaganda encargado de las películas, radio, cultura y prensa; un Director de la Oficina de Instrucción; un Jefe de Células; un Jefe de la Organización de Mujeres; y un Jefe de la Organización de Beneficencia. Todos los Jefes Locales dependían directamente del “Gauleiter”, el Sr. Julius Dalldorf, quien se desempeñaba como secretario de prensa de la embajada alemana.
Los GAU eran divisiones políticas por regiones en Alemania, para su control político por parte del NSDAP. El “Auslandsorganisation der NSDAP” era el GAU exterior, a cargo de Ernst Wilhelm Bohle y bajo órdenes directas de Rudolf Hess, Jefe del Partido en Alemania desde 1933.
Los “Stützpunkt” en el Uruguay eran: la escuela en barrio Peñarol, ciudad de Montevideo (Jefe: Federico Rotz); Paysandú (Jefe: Dutine); Salto (Jefe: Fuhrmann) y Río Negro en Rincón del Bonete (Jefe: Schmidtlein).

Las Tropas de Asalto

Las Tropas de Asalto locales, alias Sturmabteilung o SA, se dividían, al igual que en Alemania, en Brigadas, Estandartes y Secciones, lo que correspondería en un ejército regular a Divisiones, Regimientos y Companías. Sólo en Montevideo, la capital de Uruguay, estableció 38 células, más otras tantas en otras ciudades del país. Tenía como jefes a Julio Holzer y a Rudolf Patz. Julio Holzer, ciudadano alemán, llegó al Uruguay en 1934 como Agente comercial de la aerolínea brasileña Sindicato Cóndor, luego subsidiaria de la aerolínea alemana Lufthansa. Fue Jefe del Distrito hasta 1935, y luego de unos meses de entrenamiento en la Alemania nazi, se desempeñó como “SA-Truppfuhrer”, Jefe de las Tropas de Asalto locales en Uruguay. En 1935 viajó a Alemania y brindó, en el Palacio de los Deportes, la conferencia “El movimiento Hitleriano en la América del Sur”, Asistieron a ésta altos dirigentes de las SA, incluyendo al Dr. Goebbels.
El entrenamiento de las tropas de asalto consistía en campamentos por un día o dos, en distintos puntos de la República, hasta donde se trasladaban en camiones rentados o en tren. Allí se realizaban ejercicios varios, tanto gimnásticos como militares, reconocimiento con mapas y orientación, avance de tropa por el monte y barro, sin armas, con uniforme de la SA y bajo estricta disciplina militar.

Propaganda nazi

Paquetes de folletos de propaganda nazi, impresos en Alemania y en idioma castellano, ingresaban al Uruguay protegidos por la inmunidad diplomática de que gozan las embajadas extranjeras. Los folletos versaban sobre discursos contra Roosevelt, presidente de los Estados Unidos de América, presentándolo como un abanderado de la guerra y futuro invasor de Europa, en contraste a Hitler, “campeón de la paz” según la propaganda nazi. Ingresaban también folletos con caricaturas sobre el comunismo, sobre discursos de Hitler o en defensa de la restitución de las antiguas colonias alemanas en el mundo.
La propaganda también incluía artículos variados y artículos técnicos, escritos en castellano para los periódicos locales, con la ayuda de intelectuales uruguayos simpatizantes del nazismo, como Adolfo Agorio.

La Asociación de Ingenieros Alemanes

Otro tipo de propaganda realizaba Otto Klein, ciudadano alemán, miembro y delegado para América del Sur de la Asociación de Ingenieros Alemanes (VDI: Verein Deutscher Ingenieure). Su trabajo consistía en contactar y establecer vínculos sociales con ingenieros uruguayos, sobre todo con los que ocupaban cargos importantes en las empresas públicas. La punta de lanza de su trabajo de infiltración la constituyó la introducción de las normas técnicas alemanas, normas VDI, en todo el espectro de actividad industrial del Uruguay, organizando reuniones, congresos y afiliando ingenieros uruguayos a la VDI.
Durante 1938 se realizaron reuniones secretas en distintos lugares, entre más de mil uruguayos/alemanes afiliados al NSDAP. Lugares como la confitería “Oro del Rhin”, en el vapor argentino “Patagonia”, prácticas de tiro en el Club Alemán, actos y discursos en el Cine Ambassador, discursos del embajador de Alemania en Uruguay (Dr. Otto Langmann, pastor luterano convertido al nazismo) y del secretario de prensa de la embajada, Julius Dalldorf.

Los Clubes de Planeadores

En el Club de Planeadores se realizaban prácticas de vuelo. Los pilotos eran todos miembros de NSDAP en Uruguay. Los planeadores desarmables eran transportados en remolques cerrados, identificados como “Liga Deportiva Alemana del Uruguay”. Las actividades se realizaban los domingos en el Aerodrómo Militar “Gral. Artigas”. Para realizar las prácticas, el club de planeadores compró una parte empinada del Cerro Pan de Azúcar, ubicado en el departamento de Maldonado.

¿Espías en Uruguay?

Adolf Meissner, asociado del NSDAP desde 1931, Teniente Coronel de las Tropas de Choque Coloniales de Hamburgo, y Oficial Policial de la Gestapo, en 1939 ingresó a Uruguay desde Concordia (Argentina) en lancha y utilizando cédula de identificación falsa, que le facilitó Arnulf Fuhrmann. Se presume que su destino en Uruguay era el espionaje y la delación de los camaradas nazis que actuaran de manera impropia, poniendo en riesgo los planes de conquista en Uruguay y otros países de América del Sur.
Jorge Wolf, inmigrante alemán, empleado de una joyería y casado con una profesora de la Escuela Alemana de Montevideo, tenía en su poder decenas de mapas del Uruguay y la región, donde se señalan puntos de entrada y salida al país, junto a cientos de fotografías seriadas de caminos y puentes. Los mapas, cartas de tamaño considerable (en escala 1/50.000) fueron adquiridos por Wolf y Patz, en el Instituto Geográfico Militar, donde son de libre venta al público (hasta el día de hoy).

“Stutzpunkt” de Paysandú

Adolfo Dutine era el Jefe el “Stutzpunkt” de Paysandú (Punto de Apoyo en Paysandú). Reemplazó a Lothar Korn, quien emigró a Alemania. Su función era la afiliación de nuevos miembros hombres y mujeres al Partido Nacional Socialista en el extranjero. Alfredo von Metzen, estanciero uruguayo hijo de un inmigrante alemán en Paysandú, estaba a cargo de la dirección de no menos de cinco escuelas primarias, donde los escolares eran adoctrinados desde niños en la filosofía de violencia y racismo del Nacional Socialismo. Su influencia alcanzaba las localidades de San José, Chapicui, Parada Rivas, Daymán, Ulmenau, y Quebracho, de donde era originario von Metzen. En las escuelas se enseñaba el idioma alemán, desconociéndose el idioma castellano; se realizaban pic-nics con los niños uniformados y se entonaba el himno de Alemania. Similares funciones, también en Paysandú, cumplía Reinaldo Becker. Agente del diario argentino “El Pampero”, su principal cometido era la propaganda nazi en escuelas y reuniones con campesinos “criollos”, no alemanes.

“Stutzpunkt” de Rincón del Bonete

Max Schmidtlein, ingeniero en las obras del Río Negro, en Rincón del Bonete, era miembro de los Cascos de Acero, organización del NSDAP de veteranos subordinada a la SA. Estaba a cargo de las actividades del Partido Nacional Socialista en Rincón del Bonete, donde 25 ingenieros y técnicos alemanes, empleados en las obras, eran afiliados del Partido.
En una investigación parlamentaria efectuada en 1940 se comprobó la existencia de actividad nazi en la localidad, tras el hallazgo de películas de propaganda en el comedor del obrador y de una fotografía de Hitler en la cantina.

Arnulf Fuhrmann

Fuhrmann fue un alemán que a fines de la Primera Guerra Mundial se instaló en Salto (seguramente huyendo de una Alemania destruida social y económicamente para arribar a un Uruguay estable en los mismos aspectos, transformado por el Batllismo) para dedicarse a la agricultura y la fotografía. En febrero de 1937 fue contratado como administrador por el diario salteño La Campaña, órgano de prensa del Partido Ruralista.
Un mes más tarde fue designado director. Fuhrmann se mostró sumamente enérgico con la administración del diario, creando nuevas secciones, consiguiendo más avisos publicitarios y aumentando el número de páginas. A su vez, comenzó un intenso activismo social, oficialmente en nombre del diario, pero en realidad con otras intenciones. En marzo de 1937, la colonia alemana en Salto creó el Centro Cultural Germano - Uruguayo, del que Fuhrmann fue elegido presidente.
Dos meses más tarde, participó de la conmemoración de la proclamación del Imperio Italiano por parte de Mussolini. Cabe destacar que en aquella época no estaba mal visto ser fascista o nazi. De hecho, el Ministerio del Interior autorizaba a los alemanes a celebrar el cumpleaños de Hitler y a izar la bandera alemana ese día, así como los italianos podían festejar también fechas vinculadas al régimen totalitario de su país. En julio de 1937 Fuhrmann dejó de ser el redactor responsable de La Campaña para, según el diario, "dedicar sus energías a otras actividades". Fuhrmann estaba casado con la viuda de Federico Jungblut, propietaria de Foto Clave, una casa de fotografía en Salto. Una vez fuera de La Campaña, se dedicó por completo a la fotografía y al activismo nazi. Comenzó a distribuir panfletos antisemitas, y se lo señaló como líder de un grupo nacionalsocialista que militaba en Salto y en la vecina ciudad de Concordia, en la Argentina. Salto se volvió un punto de entrada de material propagandístico.

El plan

Fuhrmann consideraba que, como Bélgica y Francia, Uruguay sería un estupendo trampolín para invadir los países vecinos (Argentina y Brasil). El plan estipulaba que la invasión terminaría en quince días, y que el Putsch (Golpe de Estado) sería sumamente rápido. Se daba por sentado que ninguna fuerza haría resistencia. Las tropas de ocupación se organizarían de la siguiente manera: dos regimientos con artillería y caballería en Montevideo, dos compañías en Colonia del Sacramento, Fray Bentos, Paysandú, Rivera y Artigas, y un batallón en Salto y Bella Unión. A continuación, el plan se pondría más siniestro: de los dos millones de habitantes del Uruguay de aquel entonces, habría que exterminar enseguida a los judíos, los caudillos políticos y los masones. Finalizado este paso, de inmediato se encauzaría la organización del país como colonia alemana de campesinos.
Los cabecillas nazis tenían una jerarquía paramilitar de las SS y la Gestapo, cada uno con una misión específica, a saber: Julio Hotzer (comandante de las fuerzas de asalto), R. Meissner y Konas (instructores de las fuerzas de asalto), Otto Kleing (encargado de la toma de las zonas industriales), Rudolf Patz (Jefe de la Quinta Columna) y Arnulf Fuhrmann, por supuesto, el Jefe Supremo o "Pequeño Fürer".

El fracaso

Mientras, la prensa comenzó una intensa campaña de denuncia ante el peligro nazi. Por ejemplo, el diario Tribuna Salteña publicó que “Salto es escenario de una intensa campaña nazi” y que “Es necesario expulsar a todos los agentes del nazismo”. En 1941, mientras Hitler invadía la URSS, el diputado socialista José Cardozo, seguramente afectado por las advertencias de la prensa y por la invasión nazi del entonces único país socialista del mundo, propuso al Parlamento la realización de una investigación. Se incautaron más de 2.000 documentos, se arrestó a una docena de implicados y se requisaron apenas seis ametralladoras livianas. Al parecer, el peligro de invasión no era inminente. En Salto, se allanó Foto Clave y la residencia particular de Fuhrmann, y a los pocos días, se lo capturó y se lo trasladadó a Montevideo.
La Suprema Corte de Justicia de Uruguay liberó a Fuhrmann y a los otros detenidos por un pedido extra oficial del presidente Alfredo Baldomir. Al parecer para no alterar las relaciones entre Uruguay y la Alemania Nazi.
Mientras el Estado uruguayo se enteraba del plan de invasión, Fuhrmann fue detenido en Concordia y trasladado a Buenos Aires para que diera explicaciones por otro plan de conquista, esta vez de la Patagonia. Como no se encontraron motivos para detenerlo y la justicia uruguaya lo solicitaba para declarar ante el Magistrado, fue devuelto a Uruguay. El hecho tuvo varias repercusiones. Para Tribuna Salteña, era “Un megáfono ambulante de propaganda del nazismo”, Para El País, era “El Jefe Supremo del vasto movimiento nazi que se realizaría en el territorio sudamericano”.
En febrero de 1944 se dictó sentencia (el proceso había comenzado en 1941). De todos los complotadores, Fuhrmann fue el que recibió el castigo mayor: doce años de prisión. En noviembre de 1946, con motivo de la visita anual de cárceles, Fuhrmann y sus seguidores fueron liberados, por buena conducta.

 

 

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